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SABERES
COLECTIVOS -
“Vive
el privilegio de compartir el SABER”
Y que son los saberes colectivos…
Toca a su servidor
hablar de un tema que se gesta por el hombre en el día a día, pero que por
verlo como la naturaleza de nuestro propio respirar no nos percatamos de la
importancia que puede alcanzar en su desarrollo, por ello y por la relevancia que
representa para los poblanos y para la humanidad en general: la creación,
transmisión generacional, conservación, difusión y protección del patrimonio
cultural y natural del hombre, es preciso no sólo dejar asentado este derecho
en la Ley de Cultura de un Estado, sino elevarlo a la categoría de Garantía
Constitucional.
Me refiero a nuestro
tema “los saberes colectivos” que no
son otra cosa que lo que sabemos tú, yo y cada uno en la actividad individual y
colectiva. Ese grado de cultura que nos hace distinguir, esa habilidad y
destreza que poseemos, esa competencia necesaria para la vida, esa herencia
generacional legado de nuestra raza, labrada así por nuestra propia historia.
Los saberes colectivos son todo lo
que es y lo que sabemos de nuestra tierra, de nuestro campo, de nuestra ciudad,
que nacen en todos los hogares, aun desde la cuna humilde o cuando esta incluso
no exista. Los saberes colectivos nos
dan identidad y forjan el carácter de nuestra propia personalidad sin reparar
en la copia burda e impuesta por modelos extranjeros. Los saberes colectivos implican la construcción propia del conocimiento
humano pertinente a su cultura y a su grado de influencia. Los saberes colectivos son todo lo que
consideramos propio, de nuestra tierra, de nuestra raza, y porque no decirlo de
nuestro espíritu de nación que hoy forjamos. Son tradición ancestral, son
formación de vida, son identidad nacional, son la razón del respeto y la causa
de nuestro actuar responsable que nos permite vivir en sociedad y ser
ciudadanos del mundo.
La
amenaza de destrucción del patrimonio natural y cultural es vigente y no solo
por un efecto planificado, como en los tristemente célebres casos acontecidos
durante la conquista de México, sino que más triste aún resulta, el olvido y el
desplazamiento que se vive con la tecnología, como en el particular caso de los
teléfonos tipo Smartphone, que desplazan a diestra y siniestra toda herramienta
de producción en el campo mexicano y en la juventud de nuestro México.
Existen
tratados sobre los saberes pero refieren tan solo a las culturas indígenas y
regionales dejando fuera al hombre de ciudad. Es decir no existe tratado alguno
que verse sobre el saber colectivo de los pueblos, donde la estructura social
se forma por su parte indígena y por su población civil en su conjunto, o sea
por el campo y la ciudad. A la población civil, a los empresarios, a los trabajadores,
a las amas de casa, a los estudiantes universitarios, a los profesionistas, a
los investigadores, a los inventores, a la gente que se forma en la calle, y a
todo hombre creativo, nadie le defiende su saber, sus logros, sus propuestas ni
sus aportaciones diarias, en tanto no las patente o las registre como derechos
de autor.
Esta
debe ser una oportunidad de darnos cuenta de lo que somos, al tiempo de que, no
podemos pasar por el siglo XXI como simples observadores de la riqueza cultural
labrada por otras generaciones y heredada por casualidad, la nuestra debe dejar
una muy onda y profunda huella en la humanidad como aquella que sabe
multiplicar el valor de su propio ser. Algo tenemos que poder heredar a las
futuras generaciones que sea de autoría propia, aún a la propia creatividad del
mexicano tan orgullosa y rica en su versatilidad, no le fincamos ningún valor,
no la ubicamos en tiempo y forma, por ende no la hemos utilizado para crecer,
pareciera que solo sirve para salir del paso.
En
este 2015 con fechas importantes, son tiempos de reflexión y acción, como siempre
lo ha hecho la Nación en distintas ocasiones, es tiempo de mostrar que somos un
pueblo que se defiende de quienes atentan nuestra tranquilidad, que la historia
nos hereda, demandando su defensa dignamente.
Transformemos el mundo
con lo que hacemos todos los días, el presente es más que una simple
consecuencia unidireccional del ayer. La
utopía es la visión colectiva de futuro que imprime rumbo, vigor y profundidad
a los pueblos, cuando las mujeres y hombres trascienden las inercias de la
cotidianidad y se hacen realidad acontecimientos inéditos que son capaces de
dar a luz nuevas naciones. Por ello un acuerdo colectivo ubicado con el interés
común es la gran demanda. Trabajar por alcanzar la utopía par, ante las miradas
incrédulas, personajes cuya grandeza radica en permanecer de pie mientras el
resto vive de rodillas.
La esclavitud se muestra
con nuevos rostros: el tráfico de influencias, de personas, el genocidio
ecológico, las y los presos de conciencia, las vulneraciones a la
confidencialidad de los datos personales, las causas que motivan a
soportar las leyes racistas, la entrega
paulatina del país a los nuevos conquistadores, la perdida de la congruencia
entre los principios, el discurso y la acción. Los poblanos tenemos la
oportunidad histórica de construir un valor que heredar, Puebla debe y puede
ser, ciudad en la que sus calles, su gente, sus edificios, las conversaciones,
los encuentros, la arquitectura, la cromática, la tecnología, todo tenga una
clara intención de educación para la
libertad. Debemos dar curso a nuestros
ideales y ocuparnos en ello. Mantengamos el ideal que impulsó a otros hombres:
la fraternidad que nos hará competentes para afrontar los tiempos difíciles por
los cambios climáticos; por el ambiente
tenso que se respira en algunas ciudades de nuestra patria y la enorme
dificultad que representa para algunas mujeres y hombres el autogobierno y el
gobierno de su hogar, que es por donde
comienza la grandeza del país. En cada municipio poblano existen razones para
sentirnos orgullosos de nuestra historia, pero también, para no desistir de la
búsqueda por la igualdad y cumplimiento de los derechos elementales.
La libertad para México se muestra en la comprensión del
concepto de independencia de país, nuestra conciencia para liberarnos del
conformismo y la indolencia, es ante la gracia natural que el hombre posee por
saber, es nuestro vínculo para evolucionar.
Planteamiento
Con la aparición de la
conciencia en los seres primitivos de la evolución del hombre, nacieron los
saberes que le permitieron trabajar y lograr avances sin perder el fruto
ancestral de su experiencia. Dijera Pablo Neruda "Cuando crezcas, descubrirás
que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías.
Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus
errores se repitan." Ya desde entonces nos manejamos por el
aprovechamiento de la experimentación y atendemos a todo mientras sea en la
búsqueda de nuestro confort y de la paz.
Ya las artes existían y sirvieron para cimentar las
civilizaciones y los grandes imperios, incluso a partir del nacimiento de la
historia definida por la escritura, vio la humanidad un cúmulo de saberes
plasmados y atesorados en una de las majestuosas maravillas del mundo antiguo,
la mejor y la más útil seguida por el propio Faro, La Biblioteca de Alejandría.
Ahí celosamente el acervo cultural no sólo de Egipto, sino del Mundo hasta
entonces conocido, guardó el saber milenario que les había dado su lugar en la
cumbre del poder.
Sin embargo esto mismo nos muestra cómo se hace
necesaria la prueba del tiempo para dar valor al conocimiento. Son la
experiencia y el uso adecuado a los tiempos y al contexto lo que genera el
aprecio por saber y dominar las distintas disciplinas.
Hoy, cuando un título de licenciatura universitario
no basta en el desarrollo de habilidades, cuando la sociedad exige la
prestación de un servicio competente, cuando destacar es una forma de vida; nos
resulta impensable que la clave del éxito se encuentre en la originalidad, en
ese pensamiento brillante unilateral que emana de la mente creadora, del
artista, del voluntario, de la actitud proactiva y de la alimentación
inspiradora. Es así como un proyecto estructurado con idea cobra su factura en
el ejercicio del dar. Dar información para construir el conocimiento, dar
oportunidad al pensamiento crítico, dar paso a la experiencia, dar y brindar
bienestar es el motor social. Y cuando esto llega se abre una llamada de
atención para compartir un don. Siempre ha existido pero se nos presenta como
esencia del concepto de aldea global: LOS SABERES COLECTIVOS, esos saberes
adquiridos por los años de experiencia empírica o científica, adquiridos por la
herencia cultural generacional, adquirida y adaptada al contexto del hombre de
distintas latitudes, y adquiridos también por la necesidad, nos son hoy
familiares aun cuando nunca hallamos reparado en ello.
Resulta que mientras los derechos de autor, las
patentes, las denominaciones de origen, el patrimonio cultural y natural, así
como las licencias públicas, cuentan con el reconocimiento y respeto de los
pueblos, el resto del quehacer social, que es incluso más grande y vasto, no
figura en la conciencia de las cartas con que se rigen los países. Sí, y con
ello sobre viene la injusticia del plagio y del abuso. Cómo defender ahora la
imagen religiosa de la Virgen de Guadalupe, el mexcal de Tequila Jalisco, el
himno nacional mexicano o incluso el propio taco y los chiles poblanos; sólo
así: con conciencia de que nos desarrollamos inmersos en saberes colectivos mundiales y que en ellos va la aceptación del
origen regional, como la célula de aquella anhelada aldea global. Por lo
anterior debe quedar claro que los saberes colectivos comprenden no solo el
conocimiento ecológico tradicional; ni del mal llamado, parcial y segregado
conocimiento tradicional indígena de enorme resonancia no sólo para la
academia, sino también para el resto de los actores sociales e institucionales.
Representan la realidad vigente del conocimiento
acumulado por la experiencia generacional y el manejo de este como herramienta,
ante el ejercicio y la práctica de vida, que en orden sucesivo o alternativo en
tópicos diversos, puedan suceder como prósperos o adversos al
desarrollo del hombre.
Arte
Nunca mejor aplicado el
término “artístico” en algo que en sí es inspiración racional y sentimental del
hombre, que en aras de resolver contratiempos del quehacer en la experiencia de
vida, se presenta como la opción de solución más recomendable para calificar.
Transmitido de
generación en generación, primero el conocimiento tradicional de las culturas de origen, después el conocimiento
tradicional mestizo, pasando de lo empírico a lo científico y experimental; los
saberes colectivos hoy día no solo son el saber cómo hacer o entender las cosas
de la mejor manera posible, también es un acervo que va de lo tangible a lo
intangible, de lo material a lo inmaterial, de lo racional a lo espiritual, de
lo natural a lo artificial, incluso de lo terrestre a lo extraterrestre.
Los saberes colectivos
son lo que se por acervo cognitivo, lo que tengo por inventario material y
natural, lo que aprecio del presente y pasado, así como de la calidad de un
posicionamiento prospectivo. Los saberes colectivos son el plus aunado a la
llamada cultura universal.
Contrapunto
En
materia de sabiduría la autoría de los saberes se determina por: patentes,
registros, derechos de autor, marcas registradas, denominación de origen, propiedad notarial e incluso la defensa
propia. Sin embargo el acervo cultural de un mundo globalizado es tan basto,
que todo ese esfuerzo documental no representa mayoría para millones de cosas
que hay que saber en el día a día, cómo el simple hecho de salvar una
locomotora llamada “la bestia” y herrarse hasta por meses para alcanzar un
sueño.
Por
ello existe siempre latente la necesidad de proteger los saberes colectivos
ante el plagio, el hurto, el despojo, la injusticia, el abuso, y la ignorancia
entre otros actores -que por cierto son parte también de la cotidianeidad
humana ante lo que debemos ser más los entendidos del tema y dominar-.
Así, pretender es una
acción que queda corta ante la necesidad de avanzar lo que en los hechos la
legislación política ha realizado: las leyes en materia de cultura ya contemplan
la protección del patrimonio cultural. Pero la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos no estipulan como garantía de los mexicanos la
protección, conservación, difusión y transmisión del patrimonio natural y
cultural de nuestra nación.
Universal
Aquí
los elementos y sus características de todas las culturas en continua expansión
parecen no alcanzar serenidad para su estudio estadístico, es decir “si todos
los días se aprende algo nuevo” de igual forma todos los días se desarrolla una
nueva forma, una nueva manera, un nuevo sabor, un nuevo color en tono distinto
o al menos particular. Porque si bien nada es nuevo bajo el sol… también ya
nada es igual que antes ni tampoco usamos todos, el mismo modo de matar pulgas.
Específico
De
ahí que un color específico solo puede ser el mismo bajo las mismas condiciones
de luz, de pigmentación, de exposición al tiempo, de juventud en la mirada y
quizá en el grado de inclinación. Hay incluso un catálogo Pantone del Color con
más de 8321 en exhibición, más otro tanto igual al momento de la igualación por
cada fabricante de impresos o proveedor de pinturas y así sucesivamente. Así
que con unas gotas más de negro o de blanco puedo yo hacer mis propias
creaciones adicionándolas al acervo de los saberes colectivos.
Artesanal
Ahora
bien si se trata de producción artesanal, los saberes colectivos podrán
seguirse por instrucciones verbales más que escritas, sin embargo en cada
ocasión y por cada individuo habrá siempre la impresión del llamado “sello
personal”. No obstante a ello, permanecerán las formas estructurales que
identifican al hecho o ejercicio del objeto artesanal, por lo que un saber
colectivo siempre será identificado como tal y se distinguirá por su capacidad
y funcionamiento.
Valor Intrínseco
De
ahí que percatarse de la existencia de los saberes colectivos como herramientas
de uso cotidiano, doméstico, artesanal o cultural; es parte de nuestra
seguridad en el propio andar, en la confianza de cruzar la calle ante el respeto
de las normas de civilidad y así en consecuencia con todo nuestro
desenvolvimiento social y familiar, incluso en nuestro trato con los distintos
ejemplares del reino animal, vegetal y mineral. Hay cosas que son o poseen un
valor “per se”, mismo que identificamos a un nivel mecánico reflejo o dicho de
otra forma, lo apreciamos de manera inconsciente al ser parte cultural de
nuestra existencia. Es la identidad cultural que da origen a las civilizaciones
y por ello a ojos cerrados se podría saber cuándo nos encontramos caminando por
los Campos Elíseos de Paris, cuando estamos en la Plaza de la Constitución en
la Ciudad de México y cuando nos vemos envueltos por el bullicio comercial del
Gran Bazar en Marruecos.
De Vida
Hacer
de nuestros usos y costumbres un hábito de buena civilidad, percibiendo en cada acción el
transcurrir del tiempo para nuestros movimientos, sin reparo en identificar
cuáles son por reflejo mecánico o bien cuales son producto del raciocinio ante
la casuística en el acomodo de nuestras variantes de vida, nos hace poseedores
de una identidad experimental que nos caracteriza como expertos técnicos
dominantes de cualquier oficio.
Visión Prospectiva
Por
ello es de vital importancia socializar el concepto de los Saberes Colectivos,
haciéndolos propios identificando su dominio y aceptación como suma de valor y
aprecio, dado que somos lo que somos y en automático seremos lo que hoy
dispongamos ser. Esto es base fundamental para la construcción de las naciones.
Ellas sin el aprecio que a cada momento de observación experimental consciente
o inconsciente le puedan dar a su forma de vida, no podrían poseer el éxito
deseado ni alcanzar el estado de felicidad, que solo se logra estando en el
camino pensado.
Valor Agregado
Si a esto de lograr una vida con personalidad
identificada con nosotros mismos y nuestros propios recursos, le aunamos el
hecho de producir actividades y elementos que alcancen un valor remunerativo al
cambio, no solo se brinda una llamada de atención hacia nuestra célula social,
sino también se gana en prestigio y reconocimiento por cada aportación, en
tanto las demás células de todos los demás órganos o naciones que forman la
gran aldea global, hagan lo propio. Es decir que el grano de arena con que estemos
dispuestos a participar aportándolo en ese concepto del dar, es lo que nos dará
calidad de hombres y mujeres para nacer y crecer en el día a día.
Por lo anterior y recordando al recientemente festejado
Benemérito de las Américas, quien en ese dar nos mostró la importancia de
respetar el derecho ajeno para vivir en paz, se hace necesario proteger el
respeto que merecen todos y cada uno de los saberes colectivos, los de ustedes
y los míos propios. Y en ese sentido felicito la labor del Dr. Abel Pérez Rojas,
Director de Sabersinfin.com, quien en un acto altruista de ese dar a la
humanidad y por lo pronto a la ciudadanía poblana, en un acto de conciencia
civil, hizo posible el reconocimiento de los
saberes colectivos para que estos fueran considerados y protegidos por la
propia Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Puebla, al
elevarlos a grado de ley.
¡Que haya más conocimiento que compartir en este dar
del saber!, que hará de la civilización contemporánea una brillante huella para
la historia universal.
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